Edmundo Daniel Jios presentó su libro el domingo en el Hogar de Abuelos de Lago Puelo ante un auditorio colmado y donde no faltaron los cuentos y las voces de varios de los cantantes de la zona.
El autor de “El baúl de los recuerdos” recordó que el decano de los escritores patagónicos, Elías Chucair, “con sus más de 80 años, viajó en colectivo desde Jacobacci hasta Esquel para estar conmigo” en la presentación de la segunda edición de un material que rescata buena parte de la construcción de La Trochita y el nacimiento mismo de la localidad de El Maitén.
“Mundo” Jios ya anticipó su vuelta a la literatura “para reflejar otras historias, acercadas por mis vecinos”, y donde “seguramente quedarán reflejadas las tragedias, el humor, la vida misma de la gente que hizo estos pueblos tan nuestros”.
En medio, su primer libro viajará en los próximos días a Ingeniero Jacobacci y San Carlos de Bariloche, invitado por los escritores locales.
Valora en tal sentido que el propósito de su trabajo literario, donde se define como “un autodidacta sin mayores pretensiones”, es rescatar “lo acontecido en El Maitén y sus alrededores para que no diluya en el tiempo y se recuerde a los pioneros, quienes con su sacrificio hicieron posible este presente pleno de comodidades que ellos no tuvieron”.
A criterio de su hija Mariela Jios, actual concejal justicialista, su padre es “un apasionado por las historias de la gente común, de anécdotas cotidianas y recuerdos que a veces tocan el límite de lo inverosímil. Un narrador de vivencias que sabe hurguetear en el fondo de las almas para ofrecernos este baúl repleto de emociones que fueron surgiendo tras los pasos de La Trochita por este maravilloso rincón de la Patagonia”.
El libro comienza relatando el periplo de Aristocles Jios, un inmigrante griego que llegó a la región como empleado ferroviario en la década de 1940, cuando se construyó el ramal que une Ingeniero Jacobacci con Esquel y terminó quedándose para siempre en El Maitén.
Referencias a los primeros pobladores, al asentamiento del primer campamento ferroviario, el surgimiento del barrio Las Latas y cientos de anécdotas humorísticas y dramáticas (incluyendo los accidentes trágicos del Viejo Expreso Patagónico), marcan la impronta del relato.
Los primeros médicos del pueblo, las lavanderas, los maestros, los hachadores de leña, los policías, los ladrilleros, los peluqueros y las historias de los paisanos mapuches de la zona reflejan el modo de vida de varias décadas en la cordillera, cuando el tren era prácticamente el único medio de comunicación con “la civilización”.
Con todo, “Mundo” Jios es uno de sus personajes más queridos por su comunidad. Sus etapas de maquinista ferroviario; vendedor de autos; gastronómico; animador y locutor de cuánto festival solidario se organice; peronista a ultranza y permanente candidato; sus eternas peleas con el gobierno de turno y la defensa siempre vehemente de los “hijos de la tierra” contra las injusticias de distinta índole, hacen que su propia vida merezca varias novelas.
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