"Yo les dije a los canas que eso me lo envió Nación pero no me hicieron bola y se llevaron todo", explica una vecina a "Río Negro" cuya casa fue literalmente despojada de cualquier alimento que encontraron los efectivos.
"Este va a ser como cual quier día no más, no hay con qué festejar", le dice Juan a este diario que soportó en su propia morada uno de estos insólitos allanamientos "alimenticios". Los vecinos están convencidos de que se trata de una venganza de los supermercadistas por los saqueos del jueves. "Nosotros nos metimos al supermercado y sacamos alimentos porque no tenemos nada pero no robamos ni plasmas ni ninguna cosa que valga plata", dice otra vecina del barrio 2 de abril. A su casa cayeron más de 30 efectivos y ante sus reclamos le hicieron gestos de clara amenaza.
Cerca del medio día en muchas de las casas del Alto no había aroma a cocina en marcha ni ánimo de festejos. En las alacenas de las humildes propiedad no se observaban alimentos de ninguna clase. Una joven madre de cuatro hijos apenas si compartía un paquete de papas fritas con sus niños.
"La gorra se llevó todo, que vamos a hacer, se llevó lo que era robado y lo que no era robado", dice un humilde trabajador que estaba bebiendo de una botella de vino barato que logró esconder de la policía. A su lado un adolescente, ambos en estado de ebriedad, derrotados por las circunstancias.
Ni gendarmería ni la policía han hecho declaraciones a la prensa acerca de estos allanamientos.
Claudio Andrade, desde Bariloche
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