El anuncio del secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, de la medida de fuerza por falta de acuerdo de la discusión paritaria para el próximo año, con aumento inicial de $1.800 en un sector que cuenta con un salario promedio de $11.803 para los 103.793 trabajadores registrados, frente a una media en la actividad privada de $6.774, generará serios trastornos al conjunto de las familias argentinas.
Es que pese a la decisión del ministerio que conduce Carlos Tomada de acatar una conciliación obligatoria con las asociaciones de bancos, los gremialistas aseguraron que mantendrán la medida de fuerza. El acto de rebeldía llega en el peor momento del año.
Es que con el paro de actividades de mañana, que seguramente se extenderá al viernes, implicará dejar sin operatoria bancaria y toda su logística, indisponibilidad de pesos en cajeros, hasta el próximo miércoles 2 de enero, en el mejor de los casos.
Asimismo, fue confirmado que el lunes 31 la atención será hasta las 13.
El cuadro se proyecta aún peor para quienes reciban pagos en cheques, porque se acreditarán entre el 3 y el 4 de enero, según cómo funcione la Cámara Compensadora.
Pero en lo inmediato, ya se advierte que la población más avisada se apresurará a retirar fondos del cajero, si tuvieron la fortuna de haber cobrado el medio aguinaldo en el caso de los asalariados, o en el caso de los independientes y empresas, para contar con cajas para sus necesidades financieras de estos días.
De este modo, en un cierre de año en el que estacionalmente la gente se muestra más propensa para retener efectivo en sus bolsillos, la movida determinará que muchos no podrán alcanzar sus objetivos, porque los bancos no contarán con el personal para reponer los cajeros.
Ya muchas familias sufrieron en los últimos días la imposibilidad de obtener efectivo en los cajeros para sus compras básicas, como el pan, la carne o alguna fruta en el comercio del barrio. No todo el mundo hace todas las compras en un súper.
Además, el inicio de las vacaciones, o el aprovechamiento de un feriado largo, constituirán un factor adicional de búsqueda de dinero contante y sonante.
Y ni qué hablar de quien tiene previsto viajar al exterior y no pudo disponer de los dólares que esperaba comprar, porque el plazo que estableció la AFIP no es a prueba de la interrupción de la vida normal de la población, sea un piquete, un apagón o, como ahora, una interrupción intempestiva del servicio bancario.
Hasta el momento las asociaciones bancarias no comunicaron un plan de emergencia para transmitir tranquilidad a sus clientes.
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