El Bolsón: “Carta abierta luego del electronicidio”

Mariano Bertani y Gustavo Marangoni, vecinos de la localidad rionegrina, narran el episodio que vivieron tras un golpe de tensión, a cargo de la empresa Edersa, que les quemó todos los equipos. Pero completan esta historia “con final feliz” relatando cómo el EPRE atendió sus reclamos e hizo que la prestataria se hiciera cargo de los costos de los equipos dañados.


El que no sabe es como el que no ve
(Una con final feliz)

A todos los de por acá:

Nos pasó algo malo (que nos suele suceder a todos) pero que terminó bien. Va la historia.

Como ya es folclórico, luego de uno de los tantos y habituales cortes de electricidad, Edersa (nombramos a esta empresa porque es la que nos cobra el servicio, aunque digan que la cosa viene de más al sur), Edersa decíamos, culposa por la falta cometida, nos mandó todo el voltaje que nos debía de los últimos cortes, ¡pero lo mandaron todo junto, de generosos que son nomás! El resultado fue una buena cantidad de equipos quemados por tan dadivoso aluvión, incluido un estabilizador que, dada la magnitud de la entrega, se desestabilizó.

Luego de la también habitual imprecación génito-maternal, recordamos que a un amigo le había ido muy bien haciendo el reclamo al EPRE, que viene a ser el ente provincial que regula el servicio de distribución de electricidad. Larga pero con final feliz la peli, nos había dicho este amigo.

Tomamos entonces el teléfono y marcamos el 0-800-333-3272. No nos atendió un aparato que nos indicó que numerito marcar si tal cosa, y luego cuál otro marcar si tal otra. Nada de eso. Nos atendió un tipo, de carne y hueso nomás. No tenía voz de locutora electrónica sino de abogado, y resultó que eso era: abogado del Epre. Nos preguntó. Le contamos. Nos explicó. Muy amable, paciente y eficaz el hombre. Entre otras cosas nos dijo que no importaba si éramos propietarios o inquilinos, en ambos casos somos usuarios y tenemos derechos. Sí hay que anotar día y hora del siniestro (nos referimos al daño, no al ejecutor), pero no hace falta salir corriendo a hacer la denuncia. Hay tiempo para evaluar los estropicios. Piden los del Epre: factura o presupuesto del arreglo, informe técnico y fotocopia del documento. Dos cuestiones más: Si el servicio de reparaciones se niega a poner la causa del daño en el informe técnico (hay quien lo hace y hay quien no) cambien de negocio. No es imprescindible hacer la denuncia a Edersa, pero si se hace hay que enviar también al Epre fotocopias de la misma.

Hinchapelotas pero efectivo todo el tramiterío detallado. A día siguiente un mail del Epre muy burocrático y muy eficaz nos explicaba que el juicio (así lo llamamos nosotros, pero parece que es algo menos drástico) estaba en marcha. Marcha lenta, pero marcha al fin.

Después cargos y descargos. No somos electricistas ni abogados, pero con sentido común y del humor pudimos contarle al Epre que no nos merecíamos que se nos quemen los equipos y jorobate por gil, como pretendía Edersa. No sabemos gracias a cual de los sentidos fue, pero luego de unos meses el Epre nos dio la razón. Feliz sí, pero final todavía no. Resulta que concluida ya la resaca de los festejos aún no habíamos cobrado. De nuevo mail y llamada al Epre, de nuevo eficaz respuesta.

Para cobrar no, pero para pagar Edersa se toma su tiempo. Camino del Buen Ayre le dicen (de-morón para la plata). Pero al final, a 7 u 8 meses del asado, el cheque llegó. -¡A que no tenía fondos! ¡A que la firma era falsa!-… No che, no sean mal pensados. Tenía y era verdadera. En el fondo todos tenemos algo bueno.

De este periplo aprendimos algunas cosas:

Que para cobrarle a Hederás su ineficacia no hay que hacerle el reclamo a ellos mismos, porque rechazan toda queja por deporte.
Que tampoco es correcto (ni sirve) maltratar a las mujeres que atienden al público en Edersa. Ellas no deciden, ellas no tienen la culpa.
Que los únicos que cobramos los estragos del electronicidio somos los que hicimos el reclamo al Epre. En este caso, todos los que hicimos el reclamo cobramos. Todos los que lo hicieron solamente a Edersa no cobraron.
Que cada tanto sale un tiro para el lado de la justicia.

Para cerrar (antes de que llegue el próximo corte y nos quedemos sin compu): Porque como dice el título de esta carta abierta, el que no sabe es como el que no ve, decidimos compartir esto que sabemos, como antes alguien lo hizo con nosotros. Y tan bien nos fue.

Nuestros respetos

Mariano Bertani
Gustavo Marangoni

Vecinos de El Bolsón














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