90 MINUTOS SIN DIFERENCIAS

Cada vez que transcurre un evento deportivo de magnitud mundial como el futbol, independientemente del lugar que se realice pero con representación nacional, todos participamos en menor o mayor medida para alentar, identificándonos con los colores de nuestro país, imposible permanecer ajenos a este escenario de múltiples efectos, aunque efímero, nos convoca por un sentimiento de pertenencia.

Allí estamos, aun concentrándonos en la tareas habituales, somos parte de una ambiente y tengo la sensación que nos miramos distintos, las discrepancias sobre temas que nos ocupan, momentáneamente se trasladan a un lugar secundario, algo une y dirige el pensar en una misma dirección, incluso sin saber mucho de este deporte, intentamos conocer y participamos.

Entonces me imaginaba el canto de un himno nacional con la misma energía que se gritan los goles, un festejo de fechas patrias con la misma o más multitud de personas como las que recorren las calles con banderas argentinas cuando expresan el triunfo del equipo y otras cosas más, como una unión verdadera de infinito tiempo para crecer como sociedad, para ello la humildad es indispensable. ¡VIVA EL BOLSÓN!

Miguel Angel Cerdán

Miguel Angel Cerdán

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