Las morillas del ciprés motorizaron la economía de primavera

Por cientos se cuentan las familias cordilleranas que durante los meses de septiembre, octubre y la primera quincena de noviembre ganaron dinero extra para su economía hogareña con la recolección de hongos de ciprés (morillas o morchella).


Aunque no existe una estadística concreta con datos de la última cosecha, se sabe que los valores de comercialización llegan hasta los $150 por kilo fresco y que algunas casas de regionales y restaurantes de Bariloche (principal centro urbano de la zona), pagaron a los acopiadores hasta $2.000 por kilo seco.
Según reveló ayer a “Río Negro” uno de mayoristas habituales, el área se extiende desde San Martín de los Andes, al norte, hasta Aldea Atilio Viglione (centro del Chubut), al sur, y que “solo en la Comarca Andina tenemos que hablar de una zafra de unos 100.000 kilos”.
“La mayor parte de las morillas deshidratadas sale para exportación, con un valor promedio histórico de comercialización de 100 dólares. En nuestro país se consume muy poco”, agregó la fuente que prefirió preservar su identidad.
Acerca de la temporada resaltó que “básicamente por la temperatura ambiente y gran concentración de humedad, desde el 4 de septiembre brotaron muchos hongos debajo de los cipreses y otras especies del bosque nativo, como unas morillas que salen debajo de los ñires a la altura de Río Pico”.  
Por estos días “sigue apareciendo gente a vender sus hongos frescos, pero ya no estamos comprando por un problema de liquidez de los acopiadores. Hubo tanto que se quedaron sin plata”, graficó. No obstante, aclaró que “no fue un año de cosecha record, como ocurrió durante la primavera de 1988 después de los grandes incendios forestales”.
Contó asimismo que “hace poco apareció una mujer del paraje El Turbio (al fondo del lago Puelo) con 18 kilos de hongos secos. ¡En su vida había visto tanta plata junta!, pudo comprar sus víveres para un buen tiempo”.  “A esa gente –agregó-, le cambia bastante su realidad cotidiana y vale la pena el esfuerzo. Pero la Afip nos reclama que le pidamos la boleta, sin entender que se trata de una economía de subsistencia. Esos pobladores van a estar siempre por fuera del sistema”, opinó.
En coincidencia, en la pequeña localidad de Palena (Chile), a 10 km de la frontera con Argentina, se hizo famoso un joven de 20 años que “en apenas dos meses, cosechando hongos de ciprés todos los días, juntó la plata para comprarse una camioneta 4x4”.

De exportación

Por su parte, el subsecretario de Bosques del Chubut, Hernán Colombo, valoró ayer que la recolección de morillas “representa una creciente potencialidad económica como subproductos no maderables”, al tiempo que reconoció que “se trabaja para fomentar la cosecha y también el desarrollo de otras etapas de la elaboración para producir mayor valor agregado en las economías regionales”.
Desde su óptica, “genera muy buenos ingresos y trabajo para los recolectores, ya que este producto del bosque tiene un buen valor de mercado, comercializándose hoy el hongo de manera fresca, sin que deba pasar por el secadero”.
Detalló que “el valor de esta especie ronda los $120 a $150 por kilo” y que “un recolector puede juntar 10 kilos de hongos frescos por día, por lo tanto en una jornada llega a obtener unos $1500”.
El funcionario subrayó asimismo la vigencia “de una ley de bosque nativo que destina fondos para financiar algunas actividades. De esta manera, los propietarios de predios con bosque nativo pueden presentar proyectos sobre recursos no maderables para contar con una fuente de financiamiento y realizar la recolección de hongos. Incluso avanzar con una actividad adicional que sería el secado de su cosecha, que le permitiría incorporar un mayor valor agregado al producto”.
Acerca del destino, Colombo reseñó que “existe un potencial muy grande en esta actividad, ya que las morillas se consumen mucho en Europa y reemplazan a la trufa característica de ese continente, por lo que es muy requerido. Lo importante es que podamos agregarle más valor a ese producto natural estacional que crece en esta región andino patagónica”, concluyó.

Características

La morilla es una de las especies comestibles de hongos que crece debajo del ciprés, árbol autóctono de la Patagonia andina. Se cosechan una vez por año (de septiembre a octubre), por lo cual se comercializan generalmente deshidratados.
Una vez hidratados tienen aroma y sabor muy complejos que recuerda al bosque (madera), con toques especiados y suave textura. Combina muy bien con carnes de caza, en salsas fuertes y bien condimentadas como guisos. También aprovechando su estructura hueca se pueden preparar rellenos.
En general son de color dorado-marrón con sombrero alargado, similar al ciprés, con consistencia esponjosa. Estos hongos, son muy difíciles de hallar, se encuentran en forma aisladas y no es fácil  distinguirlos a simple vista. 
Los hongos de ciprés son un excelente comestible por su delicado sabor. Y poseen un aroma y sabor exquisito, especial para salsas y saborizar comidas. (Fuente: Río Negro).











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