“Si hubiese tardado unos segundos más en buscarla, ya no la veía más”

Tania Montacuto dijo que se descuidó unos segundos y un hombre se la llevó. Alerta a la población porque el malviviente vive frente a una plaza muy concurrida. “Seguro mirará durante horas a los chicos. Algo así no lo puede hacer de improviso”. El sujeto fue detenido por quienes la acompañaban.

No puede dejar de pensar lo peor. Tania Montacuto vivió el domingo a la noche la peor pesadilla de su vida. Un desconocido tomó a su hija de 3 años e intentó robársela. Así lo relató. Ella es miembro de la murga “Sin Patrones” y ensayaban en la plaza frente a la pista de Atletismo en Mitre y Centenario. Se descuidó unos segundos y la niña ya no estaba. Salieron todos a buscarla e interceptaron al delincuente. Llamaron a la Policía y lo detuvieron. “Si pasaban unos segundos más, ya no la volvía a ver”, dijo.

Tania hace un par de meses que como costumbre, se junta con los demás integrantes de la murga (todos amigos desde hace muchos años). Dice que en ese lugar se acerca mucha gente para verlos por la atracción de la música y colores que generan. Llama la atención la actividad. Incluso describe que hay madres que dejan a sus hijos allí bailando.

Se refirió al hecho que vivió el domingo a las 22. “Se acercó un muchacho. No nos llamó la atención porque no parecía una persona rara. No se lo veía intoxicado. Era alegre y divertido. Cuando nos estábamos retirando, juntando las cosas, yo me di vuelta para agarrar un platillo que tocan los chicos, levanto la vista y mi hija no estaba”, sostuvo.

Admitió la joven que no le llamó la atención inmediatamente no ver a la pequeña nena. “Es habitual que perdamos de vista a los chicos”. Remitió que son muchos y que hay de varias edades (entre los 3, 5 años e incluso, adolescentes). “Se van a la plaza, se tiran por el tobogán y juegan, pero siempre los encontramos enseguida. Los empezamos a llamar”, describe.

Pero el domingo fue diferente. “Mi hija tiene 3 años. Habla con mucha soltura y vocabulario. Ella escucha que la llaman y salta. Nuestro grupo es como una familia. Somos amigos hace muchos años. Responde a todos como sus tíos. Todos la llamábamos a los gritos y no aparecía. Entonces, nos repartimos en distintas direcciones para buscarla”, expresó.

La fortuna estuvo de su lado porque aparentemente, la nena los escuchó porque aún no se la habían llevado muy lejos.

“Algo le habrá dicho mi hija a él. Cuando nos cruzamos de vereda, unos nos preguntaron si estábamos buscando una nena con flequillo que recién habían visto. Nos indicaron que estaba con un muchacho que se la estaba llevando”.

Luego de este testimonio siguieron corriendo por todos lados. “Hicimos unos metros y efectivamente, lo encontramos con mi hija en brazos. Yo se la saqué. Se la di a una de mis amigas, le pregunté por qué se la llevaba. Él se reía y me lo negaba. Yo lo empujé”, indicó.

El lugar en que halló Tania a su hija fue a unas 2 cuadras de la plaza. Cerca de una rotisería ubicada detrás de la plaza. “Dicen que ahí hay una casa abandonada y es ahí donde seguro se la habría querido llevar”.

Lo que llamó la atención de propios y extraños, es la total impunidad con la que el malhechor se retiraba con la niña. Iba caminando y con ella en brazos en plena calle. “Mi nena me dijo que decía muchas malas palabras y que a ella, no le gustaba”, manifestó.

La reacción de Tania fue en consecuencia del miedo, el nerviosismo y la desesperación de no encontrar a su hija. “Cuando lo vi, reaccioné en forma violenta. Se me rió en la cara. Salió corriendo y todos mis amigos salieron atrás de él mientras llamábamos a la Policía. Lo agarraron en la esquina de donde dice que vive”.

No deja ser un dato menor que esta persona viva justo frente a la plaza. La preocupación de Tania como mamá es pensar en que seguramente, estuvo mucho tiempo mirando niños o a su hija en particular. “Yo creo que a una persona no se le ocurre hacer eso de un momento a otro”, enfatizó.

Otro dato llamativo es que nunca nadie lo había visto antes. No se les había acercado jamás mientras bailaban. Es una persona que no tiene particularidades llamativas en su físico. “Es un chico común. Tiene barba, es flaco. Tendrá unos 27 o 28 años. Nadie salió a defenderlo”, supuso la mujer.

En la Seccional Primera de Policía le tomaron la denuncia a la mujer. La intención con la entrevista, es “alertar a la comunidad”. Si bien hoy tiene sana y salva a su hija, su cabeza no puede dejar de pensar en cosas que le hubiesen pasado si tardaban unos segundos más en salir a buscarla. Y eso la desespera aún más.

“El final podría haber sido otro si la reacción no hubiese sido rápida. Unos minutos más tarde no sé dónde se la hubiese llevado y no la iba a encontrar”, concluyó.


Fuente Jornada






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