La modalidad adoptada por la gestión del director Oscar Panomarenco estableció que los turnos para todos los días de la semana se otorgan exclusivamente los lunes, con el limitante de solo siete lugares por especialista.
El sistema motivó las quejas de los usuarios, algunos de los cuales llegaron entre las cinco y las seis para hacer la fila. Entre ellos hubo mujeres embarazadas, varias con niños de corta edad, ancianos y hasta heridos y enyesados, quienes debieron “aguantar la espera, menos mal que el día está lindo”, ironizaron.
Durante la jornada, en varias ocasiones quienes estaban en el hall de entrada hicieron escuchar sus reclamos pidiendo “una explicación del director”, aunque el funcionario optó por permanecer en su consultorio atendiendo pacientes de ecografía.“No se entiende, esto es un mundo de gente y no sale nadie a dar una explicación. Antes venía a la mañana a sacar un turno y lo conseguía. Ahora, con este sistema, tenés hay que programar la enfermedad”, graficó una mujer llegada desde el barrio Luján.
En tanto, otra vecina a punto de parir dijo que “estoy afuera, parada, desde las 7 de la mañana, si llego a tener familia en la cola mi bebé va a tener un montón de tías. Si dan turno un solo día, me pregunto qué hacen durante los demás días de la semana. Esto es una vergüenza, es un hospital público”, agregó
“Tampoco hay un libro de quejas, mi marido se tiene que sacar un yeso hace una semana y no consigue un turno, ahora se quiere mojar el brazo y hacerlo él mismo, ya no puede esperar”, acotó otra paciente a su lado.
“En una hora avanzamos cinco metros. Tuve que venir porque necesito el carnet de conducir”, relató a su turno un joven del barrio San José.
“Estoy parado acá afuera desde las ocho con el brazo enyesado y no salió nadie para ver si necesito algo”, remarcó un adolescente con evidentes signos de dolor.
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