Un otoño para gozarlo sin restricciones

Resultado de imagen para el bolsonPasado “el aluvión” turístico del verano –y pintando ya en la montaña los primeros colores del otoño–, la Comarca Andina del Paralelo 42 ofrece todos sus encantos para disfrutar en familia y con absoluta tranquilidad.


Entre las propuestas clásicas está la Feria Regional de Artesanos en la plaza de El Bolsón; una trepada al cerro Piltriquitrón para llegar hasta El Bosque Tallado; rafting en el río Azul; las cabalgatas por paisajes de ensueño; un paseo en lancha por el Parque Nacional Lago Puelo o un recorrido por el circuito de Mallín Ahogado para visitar las cascadas, el Museo de Piedras Patagónico y el parque temático Belenus para interactuar con hadas y duendes.

A ello se agrega la posibilidad de navegar el lago Epuyén en un velero; tirarse en un parapente biplaza para ver todo el valle a sus pies; sortear los caminitos intrincados del laberinto natural “más grande de Sudamérica”, ubicado en El Hoyo; canopy, escalada y rapel de la mano de expertos o pescar en soledad en un río de Cholila.

Si opta por algo más tranquilo, la oferta es un masaje holístico o un baño de gong en un spa entre los árboles o simplemente vivir la experiencia de disfrutar la naturaleza a través de una caminata o sentarse con el mate en la bahía de Puerto Patriada mientras las truchas deambulan a centímetros de su mano.

Lógicamente, al caer la tarde, la oportunidad de degustar un plato gourmet de la gastronomía cordillerana o relajarse con una tabla de ahumados, cervezas artesanales o jugos naturales hechos en el momento con la fruta fina del lugar.

Un rato después, los más jóvenes encuentran todo un circuito de pubs con bandas en vivo o boliches para divertirse. Por su lado, las alternativas para los mayores incluyen desde el casino (con shows de cantantes de distintos géneros), hasta obras de teatro de grupos locales o espectáculos musicales.

Otra de las excursiones recomendadas (se puede hacer directamente en el auto, consultar en las oficinas de turismo) es salir a conocer las chacras de la zona (Camino de los Nogales, Las Golondrinas, paraje Entre Ríos, Cerro Radal, El Hoyo, Epuyén), para vivenciar de primera mano la cosecha de frambuesas, frutillas, manzanas, nueces, lavanda; comprar un queso saborizado o un dulce casero recién elaborado.

También existe la Ruta de la Cerveza –atraviesa toda la región–, donde cada elaborador (hay más de 60) le contará su “secreto mejor guardado” sobre recetas con el lúpulo local recién cosechado que le aporta aroma, amargor y sabor y donde “la calidad del agua es el principal componente”.

En coincidencia, se puede llegar hasta el viñedo y la bodega Patagonian Wine (la más austral de la tierra), en los altos de El Hoyo, para que el enólogo Darío González le cuente personalmente cada etapa del vino que elabora con las uvas que están alcanzando su madurez justa. Su orgullo es un merlot ahumado que surgió luego de que un incendio consumió parte de la viña. “La ceniza se fue pegando en los racimos, que no se pueden lavar, y quedó con notas ahumadas”, argumenta.











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