Un solitario ladrón ingresó el martes por la tarde a robar en una carnicería situada en una de las zonas más castigadas por la tormenta que azotó la ciudad días atrás y dejó un sello particular en el lugar, aunque podría haberse ido con una tragedia en sus manos.
Ocurrió a eso de las 19 horas en el interior del local comercial “Carnes Manjares” situado sobre la avenida Kennedy 3.466 a metros del cruce con la avenida Chile donde pese al mal estado de las calles y en algunos sectores con poco alumbrado público, suelen transitar muchos vehículos y peatones.
El suceso duró breves pero eternos minutos para quienes se encontraban en el local comercial, dos de los propietarios y la cajera. Uno de los propietarios era Roberto (24), que se encontraba tomando algo caliente cerca del fondo y que vio cuando ingresó el sujeto que le resultó sospechoso ya que dejó la puerta entreabierta.
Mientras el personal policial de la Comisaría Tercera realizaba una inspección ocular y esperaba a la policía científica, Roberto contó detalles del hecho: “detrás del mostrador estaban mi hermano, la cajera y yo en el fondo tomando algo caliente cuando veo que entraba este hombre joven, alto, flaco y vestido de jean y sospeché ya que había dejado la puerta entreabierta y enseguida se acercó a mi hermano y la cajera y les gritó que se tiraran al piso, entonces empecé a acercarme despacio y tranquilo para no ponerlo más nervioso ya que parecía muy sacado” y agregó “vi que empuñaba un revólver que podría ser un calibre 32 de caño medio largo, se le veían los proyectiles en el tambor, yo podría haber agarrado un cuchillo que tenía a mano, pero preferí mantenerme calmo para no enfurecerlo”.
En este punto, Roberto indicó, que empezó a hablarle en forma parsimoniosa al sujeto armado, “quedate tranquilo, si querés un pedazo de carne llevátelo, pero con calma, no hagás locuras y le dije también que era cristiano, que iba a orar para que le vaya mejor en la vida, pero me apuntó a la cabeza y gatilló el revólver, aunque por suerte la bala no salió y eso que tenía varias balas en el tambor”.
En esos breves minutos, el ladrón alcanzó una suma menor de dinero de la caja que no superaba los 100 pesos y al fallarle el arma optó por salir corriendo en dirección a la avenida Chile siendo perseguido por Roberto que lo vio introducirse y perderse por entre los edificios del barrio 30 de Octubre.
Fuente: ADN Sur
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