CUIDADOS CARDIOVASCULARES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

El temor al contagio por coronavirus no debe ser obstáculo para desatender síntomas cardíacos. Según datos recabados por países en los que la pandemia tuvo más impacto, el coronavirus no suele provocar miocarditis, que es uno de los mayores peligros para personas con afecciones cardiovasculares con afecciones virales o bacterianas. Mayor es el riesgo al no ser atendido por medio al contagio. 



El doctor Roberto Ingaramo, médico cardiólogo argentino especialista en hipertensión arterial, presidente de la Sociedad de Cardiología del Chubut, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología y director del Instituto de Cardiología “Pueblo de Luis” de la ciudad de Trelew (ICPL), advierte a la población de la importancia del cuidado de la salud cardiovascular en este contexto de pandemia.


Las noticias provenientes de países como China, España e Italia, dos de los países donde la pandemia desatada por el COVID-19 está causando sus peores efectos por la gran cantidad de personas afectadas y de fallecidos, muestran que quienes padecen un síndrome coronario agudo se resisten a solicitar ayuda médica por temor al contagio. «Esto ha provocado que se demore en forma peligrosa su atención y tratamiento, lo cual, junto a la tardanza en los servicios de emergencia en llegar al domicilio donde se encuentran cumpliendo la cuarentena, han provocado un aumento de las complicaciones y severidad de los cuadros clínicos», aseguró el doctor Roberto Ingaramo, médico cardiólogo argentino especialista en hipertensión arterial, presidente de la Sociedad de Cardiología del Chubut, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología y director del Instituto de Cardiología “Pueblo de Luis” de la ciudad de Trelew (ICPL).
Como centro especializado de referencia a nivel nacional ubicado en la región patagónica, el ICPL realiza intervenciones de la más alta complejidad y constantes protocolos de investigación médica, a la vez que ha renovado completamente su estructura para la óptima atención tanto de las urgencias como de todas las patologías asociadas a las afecciones cardiovasculares, que son la principal causa de enfermedad y de muerte en la Argentina y en el mundo.
Por tal motivo –y por estar dentro de los grupos en riesgo en relación con la pandemia–, mantener el tratamiento médico y consultar inmediatamente ante cualquier posible síntoma coronario (dolor de pecho, dificultad respiratoria) o cerebrovascular (pérdida momentánea del habla o de la capacidad motriz) es tan importante como las medidas de aislamiento y cuidado para evitar la infección.
Entre las complicaciones más habituales y peligrosas que las infecciones –tanto bacterianas como virales– presentan para los pacientes cardíacos, se encuentra la miocarditis (inflamación del músculo cardíaco); afortunadamente, comentó el Dr. Ingaramo, los informes de los médicos chinos, españoles e italianos indican que hasta el momento la miocarditis es poco probable en los pacientes tratados por coronavirus. Sin embargo, advirtió, la negativa o la reticencia a consultar por parte de quienes experimentan síntomas cardiovasculares –por temor al contagio con el COVID-19 o a no ser atendidos convenientemente en medio del estado de emergencia– «está generando inconvenientes por vía indirecta».
Por esta razón, «es muy importante que todos aquellos que tengan una patología cardiovascular conocida o no, ante cualquier síntoma que suponga una emergencia cardíaca, no dude en hacer la consulta médica a la brevedad, y que los pacientes en tratamiento mantengan sin cambios el cumplimiento de las indicaciones de su médico», sostuvo el especialista, único médico argentino que es Especialista y Fellow de la prestigiosa Sociedad Estadounidense de Hipertensión (ASH, según sus siglas en inglés).
La mayoría de las drogas utilizadas en el manejo de la enfermedad cardiovascular no han presentado interacciones negativas con aquellas que se utilizan para tratar a los pacientes afectados por coronavirus, aclaró también el doctor Ingaramo. La experiencia clínica con serotipos de coronavirus anteriores al COVID-19 llevó a que recientemente algunos cuestionaran la seguridad de ciertas drogas –en particular los inhibidores de la enzima convertidora (IECA) y los bloqueantes del receptor ARA, utilizadas por millones de pacientes en el mundo–; los especialistas sostienen, en cambio, que no hay suficiente evidencia experimental ni clínica acerca de efectos negativos acerca de su uso en los pacientes infectados.
Lo seguro –por el momento– es que la edad avanzada, la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria y la diabetes son las afecciones más frecuentemente asociadas a los cuadros más severos y a la posibilidad de muerte por coronavirus; y que, si bien la epidemia acusa principalmente síntomas de compromiso respiratorio, algunos pacientes han presentado además severo daño cardiovascular en la etapa crítica de la infección.
En los países más afectados por la pandemia se están aplicando actualmente protocolos de acción conservadores con los pacientes cardiovasculares, y sólo se recurre a intervenciones como la cirugía o el cateterismo en casos de extrema necesidad. Esto se debe principalmente, según explicó el doctor Ingaramo, a que la infección por coronavirus eleva en el organismo una enzima –denominada troponina T– cuyo análisis habitualmente se utiliza para detectar si existe o no una isquemia coronaria (disminución o ausencia de circulación sanguínea): «Esto impide el empleo de una herramienta muy útil para descartar un cuadro coronario, con lo que los médicos deben utilizar otros métodos adicionales de diagnóstico, valiéndose más que nada de su experiencia  para evaluar la evolución del paciente y para poder tomar una medida definitiva», concluyó Ingaramo.
Las recomendaciones generales durante la pandemia se aplican por igual a todas las personas, tengan una enfermedad cardiovascular o no: el aislamiento social, el lavado frecuente de las manos y el mantenimiento de la distancia entre individuos. En las personas en riesgo –que incluyen a los mayores de 60 años y a quienes tienen patología cardiovascular previa– se recomienda la vacunación antigripal para evitar cualquier riesgo de que ambas infecciones –la gripe y el COVID-19– se superpongan. Y la consulta inmediata ante cualquier síntoma de enfermedad cardiovascular no se debe demorar, confiando en que los centros de salud y el personal médico y sanitario están preparados para el correcto manejo de las condiciones de aislamiento adecuadas.
www.icpueblodeluis.com.ar












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