Las tareas de inteligencia advirtieron las maniobras del jefe de depósito del supermercado. Las cámaras de seguridad eran claves para cometer el robo.El domingo pasado, La Anónima de Plottier destapó un escandaloso robo que involucró a un gerente de depósito y a un fletero, con mercadería valuada en 2,5 millones de pesos. La empresa hizo la denuncia tras detectar que Cristian Javier Poblete Torres utilizaba su posición para facilitar la sustracción de productos de alto valor, en complicidad con otras personas.
Según pudo confirmar LMNeuquén con información brindada por la Policía, se constató que en el vehículo había 103 kilos de queso La Paulina y Noalsa; 71 kilos de tapa de asado; 40 kilos de vacío y 20 kilos de matambre.
El caso tomó un tinte político cuando se confirmó que Poblete Torres, de 36 años, es hijo de Marisa Torres San Juan, primera candidata a senadora por Desarrollo Ciudadano, el partido con el que pretende competir Gloria Ruiz —vicegobernadora destituida y candidata a diputada— en las próximas elecciones legislativas.
El patrón sospechoso que delató el robo en La Anónima
El procedimiento fue llevado adelante por personal de la División Robos y Hurtos de la Policía, dependiente del Departamento de Delitos contra la Propiedad, luego de recibir una denuncia y realizar tareas de inteligencia en conjunto con directivos del comercio.
La investigación incluyó seguimientos y controles discretos que permitieron confirmar las sospechas sobre la operatoria. Entre las diligencias, el fiscal Horacio Maitini también ordenó el secuestro de los celulares de Poblete y su cómplice.
Según la presentación judicial, el modus operandi queda claro: la maniobra delictiva se repetía los domingos en la sucursal 182, ubicada en calle San Martín 507, cuando la gerenta no estaba. En ese lapso, las cámaras de seguridad del sector de carga y descarga, ubicado sobre calle Paraguay, jugaban un rol clave porque se apagaban durante más de una hora. De esta manera, en vez de cuidar el depósito, Poblete Torres tendría tiempo suficiente para recolectar los elementos valiosos.
Minutos después, ingresaba al lugar una camioneta Toyota Hilux blanca con cúpula, que según la investigación era conducida por un fletero, que habitualmente retiraba cartones, pero que en esas jornadas cargaba mercadería sin autorización.
El robo, la camioneta y el apellido incómodo
La rutina calma del domingo 10 de agosto a la mañana en Plottier se quebró en segundos. Personal de la empresa detectó que se repetía un patrón sospechoso a partir de un movimiento extraño. Luego de que Torres Poblete ingresara a la oficina de la gerencia, las cámaras del sector de carga y descarga, que hasta hacía un rato vigilaban los movimientos, se apagaron a las 11:01. Una hora y 46 minutos después, cuando el Jefe de Trastienda vuelve a ingresar, se volvieron a prender.
Y entonces, a las 13.10 apareció ella: una Toyota Hilux blanca con cúpula, vieja conocida por las maniobras de reciclaje de los cartones descartados, ingresó a la playa de acceso al depósito. La empresa advirtió que esto ocurría siempre que Torres Poblete se encontraba a cargo, como así tuvieron en cuenta que los días domingos no se sacan cartones.
Sin embargo, según la denuncia, en este tramo del robo, como los domingos anteriores, el modus operandi se mantuvo: el gerente de depósito no salió al exterior. En tanto, las cámaras que vigilan el sector permiten supervisar la maniobra que hubiera podido continuar sin mayores problemas, a no ser porque ese domingo, la empresa había convocado a la Policía.
De esta manera, toda la maniobra fue observada minuciosamente por los efectivos: que Torres ingresó a la oficina cuando la gerenta no estaba, que se apagaron las cámaras, y que ingresó la camioneta.
Una vez que detectaron que dos personas iban a bordo de la pick-up terminaban de trasladar elementos, intervinieron para chequear el vehículo. Los ocupantes, un hombre y una mujer de edad avanzada se mostraron preocupados. A simple vista, el personal divisó que la caja estaba cargada con elementos ocultos.
A posterior, los ocupantes accedieron voluntariamente y exhibieron los productos, contabilizando un total de $2.532.725,58, en su gran mayoría en carne vacuna y lácteos. Todo fue decomisado y luego devuelto al supermercado.
A continuación, se convocó a la gerenta de la sucursal, con quien ingresaron a la oficina donde descargaron las filmaciones correspondientes al 2 y 10 de agosto. Allí, se logra observar el modus operandi del empleado que lleva un apellido incómodo para la carrera política de Torres San Juan.
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