1. Costos de vida: cifras que no mienten
El costo de la Canasta Básica Total para una familia tipo en Chubut se ubica muy por encima de lo
que nosotros cobramos.
Las tarifas de servicios se han disparado: conocemos casos reales donde una factura de luz
personal llegue a más de $250.000, solo luz, en un hogar modesto.
De acuerdo a los últimos datos del Observatorio de Economía de la Universidad Nacional de la
Patagonia San Juan Bosco, una familia tipo en ciudades de Chubut necesita más de $1.400.000
para cubrir la Canasta Básica Total, es decir, para no caer bajo la línea de pobreza.
En muchas zonas de la provincia, los alquileres de departamentos modestos arrancan en varios
cientos de miles de pesos mensuales, dependiendo de la ubicación.
En Puerto Madryn y Esquel,
por ejemplo, departamentos de 2 ambientes promedian $550.000, y de 3 ambientes $812.500.
Estas realidades no son abstractas: son cuentas que se pagan cada mes, sacrificios diarios que no
se ven ni se oyen, pero que duelen.
2. Injusticia interna: administrativos vs seguridad
Ambos grupos estamos bajo el mismo Estado Policial: con responsabilidades diferentes, pero
absolutamente necesarias, sin embargo, las diferencias de haber son indignantes: un agente
administrativo con 21 años de servicio cobra prácticamente lo mismo que un agente de seguridad
que apenas tiene 3 años de antigüedad. Esto significa que quien da décadas de lealtad,
responsabilidad y horas de servicio, queda igualado salarialmente con quien aún está en los
comienzos.
3. Consecuencias reales del déficit salarial:
Muchos policías no pueden acceder a una alimentación adecuada: tener que escoger qué, cuándo
y cómo comer. Comidas más baratas, menor variedad nutricional, conduce a problemas de salud:
anemia, deficiencias, sobrepeso por dietas basadas en hidratos baratos, enfermedades digestivas,
metabólicas.
La salud mental sufre: estrés constante por no llegar a fin de mes, ansiedad, sensación de fracaso,
vergüenza al no poder cumplir con obligaciones básicas. Hay casos que derivan en depresión, e
incluso se conocen casos de suicidio cuando la angustia no encuentra salida.
Para poder cubrir lo imprescindible — vivienda, servicios, transporte, comida — muchos
compañeros se ven obligados a buscar un segundo trabajo, a hacer guardias extra, o trabajos
paralelos fuera de la fuerza policial. Esto genera cansancio extremo, falta de descanso, menor
rendimiento tanto en lo profesional como personal, riesgo de errores o accidentes.
4. Limitaciones para expresarnos
No tenemos una entidad gremial con verdadero poder de negociación. El COBIPOL existe, pero no
ha logrado consolidarse como interlocutor efectivo ante el gobierno. No poseemos el
reconocimiento formal que permita exigir mejoras de forma vinculante ni garantías de que nuestros
reclamos serán escuchados sin que haya presión institucional o sanciones.
No podemos manifestarnos libremente, no podemos paralizar nuestras tareas: pues somos quienes
debieran estar siempre presentes. Y el uso de manifestaciones masivas en uniforme nos costaría
la destitución de la fuerza.
Conclusión (y un pedido urgente)
No pedimos limosna, ni favores. Pedimos lo que es justo. Pedimos un salario que refleje el costo
real de vivir en Chubut hoy. Pedimos que nuestras vidas, las de quienes patrullan, quienes
administran detrás de un escritorio, quienes arriesgan, sean valoradas como lo que somos:
trabajadores fundamentales, seres humanos que tienen familias, sueños, obligaciones.
Si la Provincia no garantiza salarios dignos, está poniendo en riesgo no solo la estabilidad
económica de quienes vestimos el uniforme, sino también la seguridad pública, porque ¿cómo
esperar que un policía cansado, enfermo, preocupado por no poder pagar la luz llegue alerta a su
turno?
Les exigimos: reconocimiento, reparación, justicia salarial. Que nuestras voces dejen de ser
susurros silenciados. Que los medios visibilicen esto, que los ciudadanos comprendan la magnitud
del problema, que quienes gobiernan sientan la urgencia.
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