Cerro Tres Picos: Sensaciones, emociones y el poder de la montaña (Capitulo 3)

CAPÍTULO 3 Sensaciones, emociones y el poder de la montaña

Entre alegría, incertidumbre, peñascos sueltos e iluminándose con el flash de sus cámaras digitales (las luces frontales las habían dejado en el vivac), el dúo lograba emprender el retorno hacia Cholila. Y junto a ellos, un registro fotográfico del testimonio cordobés, que medio siglo después, recobraría valor en tierras chubutenses.

Medio siglo después, los cumbristas se cruzaron casi de casualidad y aquí los resabios de un encuentro entre escaladores.

Laje: ‘’La verdad que estar acá después de medio siglo es una emoción enorme porque yo pasé por Cholila luego de la tragedia y también por acá pasó Nilo (Silvestroni), sobreviviente del accidente, y todos los demás integrantes de la expedición junto al grupo de rescate. Y ahora estar en el Club Andino Cholila que para mí es toda una novedad y haber sido recibido acá, compartiendo estos momentos, y sobre todo Darío recordando su subida al Tres Picos y el encuentro de nuestro testimonio que dejamos en la cumbre. La verdad que agradecer, ya que esto muy emocionante. Ojalá sirva para documentar la historia de todo esto”.

Calfunao: ‘’El encuentro fue emocionante, haber encontrado a uno de los sobrevivientes de la expedición del año 64’ en la torre Tuma del Cerro Tres Picos fue algo muy emotivo, muy lindo. Fue una manera de cerrar un ciclo de toda una incógnita que tuve estos años por saber qué había pasado en ese lugar. Y ahora tener información de primera mano de uno de los sobrevivientes es algo increíble”.

Anécdotas de la cumbre hay una infinidad, detalles del accidente del 64’ también, pero no queríamos dejar de mostrar este suceso histórico y agradecer a Federico Laje, Natalia Silvestroni, Club Andino Piltriquitrón, Club Andino Cholila y Darío Calfunao por rememorar un acontecimiento épico que a partir de ahora significará un resurgimiento en las paredes de estas instituciones.

Sin embargo, la mística, la magia y el poder le seguirán perteneciendo a las cumbres. Siempre ha sido así y siempre será así: su hospitalidad está destinada a aquellos intrépidos que osen tener el privilegio de mirar el mundo desde ese un abismo inigualable.